miércoles, 9 de junio de 2010

3. Balcón y Laberinto

Vivimos frente al muro
que alberga en su interior un laberinto;
atravesarlo es duro,
buscamos por instinto
la puerta que descubra algo distinto.

Si estás en el balcón
parece que el paseo es predecible;
renuncias a la acción,
comprendes lo visible,
pero en tu situación nada es tangible.

Pues grande lo real
se impone su extensión sin perspectiva,
error fundamental,
ceguera colectiva
que impide una visión definitiva.

Si ciegos caminamos,
balcón y laberinto en paralelo,
sabemos lo que erramos
después de que el del cielo
no nos permita ya tocar el suelo.

2.Tiempos modernos

Mi sombra, en la penuria,
confiesa haber vivido demasiado,
los días de lujuria
son parte del pasado
sobró deseo ayer, hoy consumado.

No puede haber antojo
que sea compatible con maduro.
Del sexo me despojo;
el tiempo es el bromuro
que actúa en desamor como un conjuro.

Te veo tan lozano,
apenas veinticinco o veintisiete,
y yo, tan veterano,
con un solo juguete
llevándote en mi yelmo de rodete.

Por interés estamos,
comparto de mi mesa lo servido
mientras los dos quepamos
que luego en lo comido,
cada boca verá su fin cumplido.

No busco ya tus besos,
aquellos que nos dábamos, tan tiernos.
Queremos, inconfesos,
vivir tiempos modernos,
llevar con dignidad los mismos cuernos.

1.La maldad delira

Si mi primera lira
supiese reflejar mis emociones
usando la mentira,
que el rey de corazones
permita a mi balcón negros crespones.

No vivo en la utopía,
el hombre es un vampiro que conspira
contra la mano pía
que extirpa nuestra ira
y arroja las tinieblas a la pira.

El mal es, pues, constante,
actúa con tenaz alevosía,
eterno, en un instante
se lleva tu alegría,
aquello que quisiste en demasía.

Las cosas duran poco
teniendo la existencia por delante.
Si el daño que provoco
me aturde, vergonzante,
no es menos el que causa el contrincante.

No existe paridad
entre lo recibido y lo que troco,
la única verdad
en este mundo loco
se llama realidad, pero …tampoco.